(LifeSiteNews) – The European Conservative informa que se abrirán en Berlín al comienzo de 2023 dos guarderías dirigidas por homosexuales y lesbianas, que se fundarán con el propósito de “educar” a los niños a partir de los cinco años sobre los estilos de vida LGBTQ. Marcel de Root, “director administrativo del centro de orientación gay de Berlín” y gestor de la iniciativa, afirma que: “Debería ser más fácil que los pequeños salgan del armario más tarde si no son heterosexuales”. En sí, nuestro concepto es el mismo que el de otras guarderías. El estilo de vida LGBTI* simplemente debería ser un poco más visible.” (El asterisco se refiere a “todas las demás identidades de género y es parte integral de la abreviatura,” afirmó Marcel de Root).
En una entrevista con los medios alemanes, Marcel de Root explicó que estas guarderías serán, literalmente, lugares donde se les enseñará a los niños “cómo es ser gay o lesbiana.” Todo estará orientado hacia ese fin, con casi todos los libros protagonizados por homosexuales. Pero hay un lado aún más oscuro en este proyecto. Citando The European Conservative:
Sin embargo, quizás más sorprendente que el proyecto en sí mismo, sea el hecho de que Rüdiger Lautman, un sociólogo acusado de defender la pedofilia durante décadas es miembro de la junta directiva de la organización responsable de las nuevas guarderías para niños, informa la agencia de noticias alemana FOCUS Online. [En 1979, Lautman] estuvo involucrado en un intento de abolir la ley alemana que penaliza los actos sexuales con niños menores de 14 años. Unos años más tarde, en 1994, Lautman publicó un libro titulado: Die Lust am Kind: Porträt eines Pädophilen (El deseo hacia niños: retrato de un pedófilo). En 1997 colaboró en la redacción de un folleto titulado “Infancia y sexualidad,” donde la sexualidad entre adultos y niños está “básicamente afirmada.” Cuando se enfrentó a las acusaciones de defender que se promueva la pedofilia, Lautman insistió en que solo trataba de “comprender a los perpetradores pedófilos y describir su modus operandi.”
Ni siquiera Marcel de Root aparentemente cree esto, como señaló a los medios alemanes, diciendo que Lautman, aunque es miembro de la junta directiva, no estaría involucrado en las operaciones porque eso sería “demasiado problemático” (aunque él no especificó el porqué). También agregó que la idea no vino de Lautman; no obstante, el Departamento de Educación del Senado ha solicitado un organigrama detallado de los centros, que pretenden matricular a 93 niños.
Pero para los que estudiamos la historia de la revolución sexual, todo esto es un poco de déjà vu. Como escribí en The European Conservative a principios de este año en un ensayo titulado “The Architects of the Sexual Revolution Were Groomers” (Los arquitectos de la revolución sexual fueron seductores de niños), Alemania tiene una historia sórdida con este tipo de cosa:
En 2010, Jan Flesichhauer y Wiebke Hollersen escribieron un escalofriante ensayo para Der Spiegel titulado “Cómo la izquierda llevó las cosas demasiado lejos” y señaló que: “Uno de los objetivos del movimiento alemán de 1968 era la liberación sexual de los niños. Para algunos, esto significó superar todas las inhibiciones sexuales, creando un entorno en el que incluso la pedofilia se consideraba un progreso.” Este ambiente involucró discusiones sobre si el sexo con niños podría ser saludable para los niños y reflexiones de que esto podría ser parte de los programas de un jardín de infantes: “Las observaciones de los educadores indican que pusieron un énfasis muy fuerte en la educación sexual. Casi todos los días, los estudiantes jugaban juegos que involucraban desnudarse, leer juntos revistas pornográficas y hacer pantomimas sexuales.” Una revista influyente con una circulación de 50.000 publicó fotografías de niños desnudos acompañadas de descripciones de su abuso sexual por parte de adultos. Como concluyeron Fleischhauer y Hollersen: “Los miembros del movimiento de 1968 y sus sucesores estaban demasiado entusiasmados con una extraña obsesión con la sexualidad infantil.”
Los fundadores de estas nuevas guarderías LGBT pueden pretender que su proyecto sea diferente (aunque solo es una cuestión de grado). La decisión de colocar a Rüdiger Lautman, un hombre que ha abogado por la legalización del sexo con niños, en su junta directiva, hace que estas pretenciones sean dudosas.
