(LifeSiteNews) — La inyección de COVID-19 de Pfizer se asocia con un riesgo 133 veces mayor de inflamación cardíaca en los adolescentes, según un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA – Revista de la Asociación Médica Estadounidense).
El estudio, publicado el mes pasado por investigadores de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention (CDC – Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) de EE. UU., encontró que los casos de miocarditis aumentaron en hombres de 12 a 24 años después de las inyecciones de mRNA de COVID tanto de Pfizer como de Moderna, informó Israel National News (Noticias nacionales de Israel).
La miocarditis es un tipo de inflamación cardíaca que se ha relacionado repetidamente con las vacunas contra el COVID. Los autores del estudio anotaron que la enfermedad puede ser grave y provocar un infarto y la muerte.
Los investigadores dijeron que “el riesgo de miocarditis después de recibir vacunas contra el COVID-19 basadas en mRNA aumentó en múltiples estratos de edad y sexo,” pero que la enfermedad tiene un impacto particular en los hombres jóvenes. El 82% de los casos de miocarditis examinados en el estudio eran hombres y la edad media de los pacientes era de 21 años. La gran mayoría de los casos, el 82 %, siguió a una segunda dosis.
El riesgo fue mayor después de la vacunación con Pfizer. Los adolescentes de entre 12 y 15 años tenían una tasa de miocarditis de 70,7 casos por millón de dosis de Pfizer, 133 veces la tasa inicial de 0,53 por millón, según el estudio. Para los hombres jóvenes de 16 a 17 años, la tasa fue de 106 casos por millón de dosis, un aumento de 79 veces sobre el riesgo de referencia de 1,34 casos por millón de dosis.
La tasa de miocarditis en hombres de 18 a 24 años fue de 52,4 casos por millón de dosis de Pfizer y 56,3 casos por millón de dosis de Moderna. La tasa de base era sólo de 1,76 por millón de dosis.
El estudio analizó datos del Vaccine Adverse Event Reporting System (VAERS – Sistema de Informe de Eventos Adversos a las Vacunas), un sistema de detección de lesiones relacionadas con las vacunas administrado por los CDC y por la U.S. Food and Drug Administration (FDA – Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU.), desde diciembre de 2020 hasta agosto de 2021. De los 1,991 VAERS informes de miocarditis después de la vacunación contra el COVID-19, 1626 coinciden con la definición de caso de los CDC, según los investigadores.
Los síntomas más comunes incluyeron resultados anormales de ECG o resonancia magnética cardíaca (72 %) y dolor o malestar en el pecho (89 %). Alrededor del 30% de los pacientes también reportaron dificultad para respirar y el 9% tenía palpitaciones cardíacas. Los síntomas generalmente se desarrollaron dentro de los dos días posteriores a la inoculación, dijeron los autores.
El 96% de los pacientes fueron hospitalizados y el 13% continuó con síntomas después de ser dado de alta del hospital.
Lo más probable es que se subestimen los casos de miocarditis, anotó el estudio de los CDC. VAERS es un sistema de vigilancia pasiva, y la investigación muestra que este sistema minimiza significativamente el número auténtico de lesiones por vacunas.
Otros estudios recientes han encontrado riesgos aún mayores de inflamación cardíaca relacionada con la vacuna COVID para hombres jóvenes. Un artículo de noviembre de Hong Kong estimó que uno de cada 2680 adolescentes de 12 a 17 años desarrollará la condición dentro de las dos semanas posteriores a una segunda dosis de Pfizer.
Un estudio realizado por investigadores israelíes al mes siguiente calculó el riesgo en uno en 6600 para hombres de 16 a 19 años que fueron vacunados con Pfizer. El estudio israelí informó una tasa de hospitalización del 81 % por casos de miocarditis y una tasa de mortalidad de casi el 1 %.
Y un gran estudio británico a fines del año pasado concluyó que el riesgo de miocarditis en hombres menores de 40 años es varias veces el promedio después de la vacunación con Pfizer o Moderna, y que la inflamación cardíaca posterior a la vacunación puede ser más letal que otras formas de la enfermedad. De los pacientes hospitalizados después de recibir la vacuna de Pfizer, el 14 % murió, en comparación con el 9 % de los pacientes sin una vacuna de mRNA reciente.
Incluso las personas con casos aparentemente leves pueden experimentar problemas a largo plazo, como un mayor riesgo de ataques cardíacos más adelante en la vida, advirtieron los expertos. La American Heart Association and the American College of Cardiology (La Asociación Estadounidense del Corazón y el Colegio Estadounidense de Cardiología) aconsejan que los pacientes se abstengan de hacer deporte durante tres a seis meses después de la miocarditis y que se pospongan más inyecciones contra el COVID basadas en mRNA, según el estudio de los CDC de enero.
Las vacunas COVID se han relacionado con otros efectos secundarios graves, como el trastorno inmunológico síndrome de Guillain Barré y los coágulos de sangre.
Al mismo tiempo, las inyecciones demostraron ser incapaces de detener la transmisión del virus. Los datos han mostrado que las personas vacunadas tienen tasas de infección más altas que las personas no vacunadas y se han desencadenado picos récord de COVID en todo el mundo en las últimas semanas.
Los jóvenes no corren casi ningún riesgo de muerte o enfermedad grave a causa del COVID-19. Según la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría), entre el 0,00 y el 0,01 % de todos los casos de coronavirus infantiles en los EE. UU. han resultado en muerte. El profesor de medicina de la Universidad de Stanford, el Dr. John Ionnidis, ha estimado que la tasa de supervivencia del virus es del 99,986 % para personas de entre 20 y 29 años y nada menos que del 99,7 % para personas menores de 60 años.