VIENA (LifeSiteNews) – Un destacado católico austriaco y su instituto católico tradicional han expresado su solidaridad con los canadienses que luchan contra los mandatos de COVID-19.
El miércoles, el St. Boniface Institute de Alexander Tschugguel oró por los activistas canadienses por la libertad durante sus procesiones semanales del Rosario.
“En el Rosario de hoy rezamos especialmente por todos los canadienses que resisten y luchan por los derechos que Dios les otorgó,” dijo un portavoz del Instituto en Twitter.
“¡La herencia católica de Canadá es gloriosa y la Austria católica está de su lado! #CatholicResistance #CanadaHasNotFallen.”
El grupo católico tradicional fue cofundado por Tschugguel, quien se hizo famoso internacionalmente tras arrojar imágenes identificadas con la diosa andina Pachamama al río Tíber. Esta mañana, Tschugguel le dijo a LifeSiteNews que las procesiones del Rosario del Instituto reúnen a 280 personas y se llevan a cabo en toda Austria.
“Todas las [grandes] ciudades de Austria y muchos pueblos pequeños también,” dijo.
Según el Instituto San Bonifacio, las procesiones incluyeron los cantos del Ave María, Salve Regina y “Schutzfrau Österreichs,” que se traduce como “La Señora Protectora de Austria.”
Austria misma está sufriendo bajo un opresivo mandato de vacunación contra el COVID-19, que tiene como objetivo que el 90% de la población sea vacunada cuatro veces a partir de este otoño. Negarse a cumplir puede dar lugar a multas de hasta 3600 € ($4108).
El convoy de camiones de la libertad a Ottawa ya lleva más de dos semanas en la capital canadiense. Ha dado esperanza a muchas personas en todo el mundo de que los mandatos de vacunación contra el COVID y otras restricciones puedan superarse mediante la presión pública. Se han organizado otros convoyes de camiones de la libertad, especialmente en Australia y Europa. Sin embargo, en lugar de entablar un diálogo con los organizadores del convoy de camiones de la libertad de Canadá, el primer ministro Justin Trudeau invocó la Ley de Emergencias. Además de otras suspensiones de las libertades civiles, esto les dio a los bancos el poder de congelar activos sin una orden judicial.