(LifeSiteNews) – Las personas vacunadas son más propensas que las no vacunadas a contraer el COVID-19, y particularmente la variante ómicron, de acuerdo con los nuevos datos europeos.
En un estudio divulgado al final del pasado mes por investigadores dinamarqueses se ha concluido que las personas con las dos dosis de una vacuna COVID mRNA tienen una mayor probabilidad de contraer la ómicron que las que no tienen una inyección. Con base a los datos de ámbito nacional procedentes de Dinamarca, la inyección Pfizer ha caído por debajo del -50% de eficacia contra la variante, después de entre tres a cinco meses. La eficacia de la inyección Moderna ha caído igualmente cerca del -50% en el mismo período de tiempo.
Tiempo [días] desde la protección completa de la vacuna (14 días después de la 2ª dosis)
Cifras de la eficacia de la Vacuna contra la infección SARS-CoV-2 con las variantes Delta y Ómicron mostrada separadamente para las vacunas BNT16202 y el mRNA 1273. Las barras verticales indican intervalos de confianza del 95%
Los resultados reflejan los datos mundo-reales de toda Europa. Un reciente estudio del gobierno del Reino Unido sobre los casos de ómicron se ha informado de que los residentes con una, dos, o tres inyecciones COVID tenían todos tasas de infección más elevadas que los no vacunados, con una tasa más de seis veces superior entre las personas con un refuerzo. Las estadísticas tomadas entre el 3 y el 16 de diciembre, mostraron una tasa de COVID 2,5 veces más elevada entre las personas con una doble pauta de vacunación.
Y en el último informe semanal COVID de la Agencia de Seguridad de la Salud del Reino Unido (UKHSA) los no vacunados tienen las tasas más bajas de infección por COVID -19 en todos los grupos etarios con los que tienen más que 18 años.
Tasas de COVID-19 en los vacunados y no vacunados en el Reino Unido
El informe señala que la eficacia de dos inyecciones de Pfizer, Moderna, o AstraZeneca ha caído hasta casi el cero por cien respecto de la variante ómicron. Los refuerzos no restauran la protección total, y su eficacia cae hasta casi el 50% o menos dentro de unas pocas semanas después de la inyección, de acuerdo con los datos.
“Los refuerzos comienzan a fallar inmediatamente contra la Ómicron, a pesar del aumento masivo (y potencialmente peligroso) de los anticuerpos antiproteína de espiga que producen” comenta el periodista Alex Berenson. ¿“Por qué estamos alentando las personas a que se ‘vacunen’ o ‘refuercen’ con una ‘vacuna’ que dentro de unas pocas semanas probablemente aumenta su riesgo de infectarse con la nueva variante dominante de Sars-Cov-2”?
Las estadísticas del COVID de Islandia reflejan tendencias semejantes de la eficacia negativa de la vacuna. A partir del 5 de enero, los adultos “integralmente vacunados” en Islandia, tienen casi el doble de la tasa de infección de los adultos no vacunados, 5,158 en 100.000 contra 2,755 en 100.000.
Aunque los datos islandeses parezcan sugerir que aquellos que han recibido un refuerzo tienen tasas de infección más bajas, cualquier persona que haya recibido un refuerzo, continua siendo contada como “integralmente vacunada” hasta dos semanas después de haber sido inyectada. Se ha demostrado que as vacunas COVID causan supresión inmunológica en el periodo de dos semanas inmediatamente después de la inyección, lo que puede conducir a un mayor riesgo de infección COVID poco después de haberse puesto una dosis adicional.
Los vacunados también han representado recientemente el grupo más hospitalizado por COVID en varios países europeos, incluso Dinamarca, quien ha informado la semana pasada que cerca de tres cuartas partes de los pacientes admitidos al hospital a causa de la ómicron habían sido inyectados.
En el Reino Unido, más del 80% de los pacientes con más que 80 años que han requerido cuidados de emergencia a causa del COVID-19 tenían por lo menos una dosis de la vacuna, de acuerdo con el informe COVID más reciente de la Agencia de Seguridad de la Salud del Reino Unido (UKHSA). Los “integralmente vacunados” formaban la mayoría de las hospitalizaciones y los fallecidos de COVID para cada subgrupo etario con más que 50 años.
El Covid-19 sigue siendo un virus tratable para prácticamente todas las personas que lo contraen y tiene una tasa de supervivencia estimada no inferior al 99.7% para las personas de menos de 60 años. Al mismo tiempo, las vacunas han sido conectadas a efectos secundarios graves, incluso problemas cardíacos potencialmente fatales, como la miocarditis. Un estudio británico reciente ha descubierto que la miocarditis, una forma de inflamación cardiaca, es más común en hombres jóvenes después de la vacunación que después del virus mismo y que la miocarditis post-vacuna puede ser más mortífera que otro tipo de afección.