19 de febrero de 2021 (LifeSiteNews) – Las líneas celulares derivadas de bebés abortados usadas en la producción o pruebas de varias vacunas, incluso en una serie de vacunas para el COVID 19, vienen probablemente de bebés que han sido abortados vivos. De acuerdo con la práctica general tal y como está descrita en la literatura médica, podrían haber sido colocados en un frigorífico aún vivos, donde se conservaron antes de ser desmembrados y sus órganos destinados al cultivo celular, según ha descubierto una investigadora.
La bióloga Pamela Acker, con Maestría en Biología en la Universidad católica de América y que recientemente ha escrito un libro titulado Vaccination: A Catholic Perspective, ha relatado lo que la literatura dice acerca de cómo los bebés han sido abortados para obtener líneas celulares usadas en varias vacunas.
“Algunos de los abortos se hicieron en el modo denominado por la literatura médica como ‘histerectomías abdominales’. Así, en algunos casos, en el mismo proceso las mujeres también fueron esterilizadas”, afirma ella.
“Tuvieron que mantener un ambiente estéril porque no querían ninguna contaminación del tejido con cualquier tipo de agentes extraños, bacterias, virus o cosas así. Los bebés fueron – y, en algunos casos, el útero también – extirpados de la mujer y, sin siquiera perforar la bolsa amniótica, colocados directamente en el frigorífico donde se conservaron un máximo de 24 horas”.
“Entonces los bebés eran colocados vivos en el frigorífico y después guardados de una a 24 horas hasta que pudiesen ser desmembrados, básicamente. Y esto está evidente en la literatura científica”, dice ella.
La Dra. Acker ha hecho los comentarios durante su alocución del 19 de febrero en una conferencia online organizada por LifeSiteNews titulada “Desenmascarando COVID-19: Vacunas, Mandatos y Salud Mundial”.
Conflicto moral
Hace una década, Dra. Acker pasó cerca de nueve meses en un laboratorio trabajando en un proyecto para desarrollar una vacuna contra el HIV con una subvención concedida por la Fundación Bill & Melinda Gates. Fue cuando su equipo decidió usar para el proyecto las células HEK-293, que ella empezó a cuestionar su participación.
“En este momento, la mayoría de las personas ya habían oído hablar de estas (líneas celulares) porque están relacionadas con las vacunas del COVID, pero en aquel entonces yo todavía no había oído hablar de este asunto. Por eso, pregunté (a mi colega) lo que significaba ‘HEK’ y ella me dijo: ‘Riñón embrionario humano’”, afirmó la Dra. Acker el mes pasado en la entrevista al editor-jefe de la LifeSiteNews, John-Henry Westen.
Ella ha dicho que fue después de leer el artículo del Dr. Alvin Wong titulado “La Ética del HEK 293” que había aparecido en la edición del otoño de 2006 en The National Catholic Bioethics Quarterly, que ella podía llegar a alguna claridad moral sobre el asunto.
El Dr. Wong, oncólogo y consultor senior del Instituto Nacional del Cancro de la Universidad de Singapur, interesado en Bioética, escribe en su artículo que, debido a la evidencia de que las células “se han obtenido a partir del embrión de un aborto inducido voluntariamente”, existe “un deber moral por parte de cualquier investigador de dejar de usar esta línea celular”.
“Ese deber moral debe ser particularmente claro para investigadores e instituciones católicas. Incluso si es extremamente difícil parar o modificar los experimentos en curso, un cese inmediato del uso de la línea celular es la decisión más correcta y justa de tomar”, ha afirmado el Dr. Wong.
Ha dicho la Dra. Acker que, “cuando expresé mis preocupaciones a mi investigador-jefe, fue el fin de mi carrera en su laboratorio”.
La niña tras el HEK-293
Durante su entrevista del 12 de enero, la Dra. Acker explicó a Sr. Westen el significado que hay tras las letras y números HEK 293, la línea celular desarrollada por el Dr. Frank Graham en Holanda en 1973.
“HEK significa Riñón Embrionario Humano ya que el número 293 representa el 293º experimento hecho por este investigador en particular, para desarrollar las líneas celulares”.
El riñón fue tomado de una niña por nacer “completamente normal” abortada en 1972 que, según Alex van der Eb, médico que lideraba el equipo que ha desarrollado la línea celular, afirmaba que ella no tenía “ningún problema médico”.
La Dra. Acker dijo al Sr. Westen que, en ese momento probablemente había más abortos detrás del desarrollo final de la línea celular, ya que “para hablar de 293 experimentos es necesario mucho más de que un sólo aborto”.
“Estamos hablando probablemente de cientos de abortos” dijo ella.
Graham, sin embargo, ha dicho recientemente a Ian Jackson, que estaba al frente de las investigaciones de la línea celular HEK-293, que solamente estaba involucrado un feto.
“A mi llegada a la Universidad de Leiden, en Holanda, guardé libros de laboratorio en que enumeraba mis experimentos en el orden en que los realizaba a partir de 1970. Ninguna de estas experiencias usó células renales de embrión humano (HEK) hasta muy tarde en mis estudios en Leiden (1973) cuando hice 2 (¡dos!) experimentos que utilizaron células renales de 1 (¡un!) feto humano”.
“Como el aborto era ilegal en Holanda en esa época, excepto para salvar la vida de la madre, siempre asumí que el feto había resultado de un aborto terapéutico. Sin embargo, las células renales que usé habían sido preparadas y congeladas hasta antes de mi llegada a Leiden. Por consiguiente, no tengo conocimiento de primera mano de las circunstancias relacionadas con este único aborto. El segundo de los dos experimentos que hice con estas células HEK fue el experimento 293 que dio lugar a la línea celular con el mismo nombre. La conclusión es que la línea de células 293 proviene de células obtenidas a partir de un único feto”, dijo el Dr. Graham a Jackson, que remitió la declaración del médico a LifeSite.
La Dra. Acker dijo a LifeSite, para este informe, que la declaración del Dr. Graham es “engañosa en la mejor de las hipótesis”.
“El Dr. Plotkin intentó decir algo semejante, que las líneas celulares involucradas en la creación de vacunas apenas provenían de dos abortos. Pero esto hace caso omiso a los otros 74 bebés que formaban parte de la investigación que él estaba haciendo. Se han publicado en la literatura médica que otras líneas celulares HEK y HER (retina embrionaria humana) son atribuidas a Frank Graham. Por eso, su investigación, con certeza, involucra más que un aborto”.
“Cuando una línea celular se desarrolla, es generalmente producida usando un espécimen de tejido de un único individuo, a menos que sea una línea celular híbrida. Así, por un lado, es técnicamente correcto decir que la línea celular se desarrolló a partir de un bebé abortado. Sin embargo, ésta no es una representación precisa de cuántas vidas realmente se sacrificaron en todo el proceso de desarrollo de una línea de células fetales abortadas”, continuó ella.
“Si Graham, durante su tiempo en la Universidad de Leiden, no estuviese trabajando solamente con líneas de células fetales, tal vez no habrían sido cientos de abortos” añadió ella, “pero necesitaríamos ver sus cuadernos para saberlo”.
La Dra. Acker ha señalado que existen todos los indicios de que las células proceden de un bebé “electivamente abortado”.
“En particular, el hecho de que las células estaban guardadas en el congelador da más credibilidad a la conclusión que el HEK-293 se procede de un feto electivamente abortado” dijo.
“El éxito y longevidad del HEK-293 sugiere que el espécimen era extraordinariamente adecuado para el efecto, y cualquiera que haya estudiado la teoría de células debe saber que no se puede hacer un cultivo de células vivas a partir de tejidos que ya están muertos. Debido a la imposibilidad biológica de crear una línea celular viva a partir de tejido muerto, y la inverosimilitud práctica y biológica de obtener tejido vivo de un feto espontáneamente abortado, es mucho más probable que el bebé del cual el HEK-293 procede, haya sido electivamente abortado y estuviese vivo en el momento de la toma de tejidos”, ha afirmado ella.
La Dra. Acker ha citado al Dr. C. Ward Kischer, embriólogo y profesor emérito de anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona, que ha afirmado lo siguiente sobre las células obtenidas para líneas de células fetales abortadas: “Para sostener el 95% de las células, el tejido vivo necesitaría ser preservado dentro de los 5 minutos después del aborto […] al cabo de una hora las células continuarían deteriorándose, inutilizando el espécimen”.
La Dra. Acker ha enfatizado que si el bebé usado en la producción del HEK-293 “ya estuviese muerto (a través de un aborto espontáneo natural), el tejido ciertamente no tendría ninguna utilidad para el Dr. Graham en la fabricación de una línea celular, después de que hubiese sido guardado en un congelador”.
Ella supuso que el tejido del bebé usado para la producción de HEK-293 probablemente fue adquirido por el método quirúrgico de extracción del feto entero, muchas veces referido como un aborto por cesárea, que puede incluir la extracción del útero junto con el bebé vivo aún dentro.
La Dra. Acker ha citado un estudio de 1952 de los médicos Thomas Weller y John Enders (entre otros) a los que les fue concedido el Premio Nobel en 1954 por sus investigaciones sobre la poliomielitis. En dicho estudio se han utilizado cultivos celulares de varios tipos de tejido y se explica cómo se han obtenido para sus experimentos “tejidos embrionarios humanos”.
“Ese material se ha empleado en la mayoría de los experimentos. Se han obtenido bajo condiciones de esterilización en el momento de la histerotomía abdominal para indicaciones terapéuticas. Han sido utilizados embriones entre 12 y 18 semanas de gestación. Raramente los tejidos se han obtenido de fetos mortinatos, o de bebés prematuros en autopsia…En los experimentos de propagación prolongada del virus, se han utilizado tres tipos de materiales embrionarios: elementos de piel, tejido conjuntivo y músculo, tejido intestinal; tejido cerebral”, han afirmado los investigadores.
“Los tejidos embrionarios han sido preparados de la siguiente manera. Siempre que fuese posible, el embrión es extraído de la bolsa amniótica bajo condiciones de esterilización, transferido a una toalla estéril y conservado a 5ºC hasta ser diseccionado”, han dicho. (negrita añadida)
La Dra. Acker, entonces ha citado al Dr. Gonzalo Herranz, Profesor de Histología y Embriología General en la Universidad de Navarra, España. Él ha descrito en Vivisection or Science?, un libro del científico italiano Pietro Croce, publicado por primera vez en inglés en 1991 sobre cómo deben hacerse los abortos para obtener material fetal no contaminado.
“Para obtener células embrionarias, los embriones de abortos espontáneos no pueden usarse, ni aquellos obtenidos a través de abortos realizados a través de la vagina: en ambos los casos, el embrión será contaminado por microrganismos”, escribe el Dr. Herranz.
“El camino adecuado consiste en recurrir a la cesárea o a la extirpación del útero. Solo de esta manera la esterilidad bacteriológica puede garantizarse. En cualquier caso, entonces, para obtener células embrionarias para el cultivo, debe adoptarse un aborto programado, escogiendo la edad del embrión y diseccionarlo aún vivo para extraer tejidos que serán puestos en los medios de cultivo”, (negrita añadida) ha dicho.
Comentó la Dra. Acker: “Debido a la necesidad de mantener un cultivo esterilizado del tejido para desarrollar una línea celular, parece razonable concluir que – al menos – tiene que haber algún arreglo previo para obtener tejido estéril y no macerado del feto utilizado para el HEK-293. La manera más fácil y segura de hacerlo es por el método quirúrgico de extracción del feto entero”.
Los descubrimientos de Pamela Acker están relacionados con los descubrimientos de David Daleiden, investigador provida de EE.UU., que ha llevado a cabo una investigación secreta sobre la implicación de Planned Parenthood en el cultivo y tráfico ilegales de partes del cuerpo de bebés abortados. Sr. Daleiden, que, en 2015, empezó divulgando videos de su operación secreta, ha descubierto que las empresas de biotecnología de los Estados Unidos han utilizado para la investigación, innumerables órganos, incluso corazones “vivos y pulsantes” de bebés abortados (ver aquí, aquí y aquí).
Hay muchos abortos detrás de las diferentes líneas de células fetales.
La Dra. Acker ha dicho a LifeSite, para este informe, que la producción de otras líneas celulares procedentes de bebés abortados y usados para los fines de investigación y desarrollo de numerosas vacunas, involucran cientos de abortos.
“Muchas líneas de células fetales de abortos y, entre ellas, todas las líneas de células fetales de abortos usadas en vacunas actualmente autorizadas son la culminación de una serie de experimentos que incluyen múltiples abortos”, dice ella, enumerando los siguientes ejemplos:
- La línea celular WI-38 (usada en las vacunas MMR y contra la culebrilla) procede del 32º bebé abortado usado en una serie de experimentos. Otras líneas celulares que han salido del Instituto Wistar incluyen WI-26 (del 20º bebé abortado) y la célula WI-44 (del 38º bebé abortado).
- La línea MRC-5 (utilizada en las vacunas contra la hepatitis A, sarampión, y culebrilla) ha requerido cinco abortos para desarrollarse.
- WALVAX2, la más reciente línea de células fetales abortadas procede del noveno bebé abortado.
- RA273, que es el virus usado en la vacuna contra la rubéola, se procede del 27º bebé abortado en busca del virus. Las madres infectadas con el virus de rubéola durante el embarazo fueron activamente incentivadas a abortar a sus hijos. Cuarenta abortos electivos más para el virus de la rubéola fueron realizados después de eso, sin embargo RA273 fue la estirpe que acabó en la preparación final de la vacuna.
La Dra. Acker ha dicho que el uso de líneas de células fetales abortadas en la investigación médica, a cualquier nivel, “alimenta una aceptación creciente del uso de bebés abortados en otros tipos de investigaciones médicas”.
“Este problema existe sin hacer caso del número original de abortos realizados para obtener una línea celular, y apenas será exacerbado por la aceptación de las vacunas COVID derivadas del HEK-293”, agregó ella.
‘Nuevo movimiento provida’
Mons. Athanasius Schneider, Obispo de Kazakstán, durante su alocución en la conferencia de hoy sobre las vacunas, ha pedido la formación de un “nuevo movimiento provida” que se niega a tener nada que ver con medicamentos o vacunas que de cualquier forma proceden de bebés abortados.
Mons. Schneider ha dicho que, hasta ahora, el movimiento provida ha sido “muy meritorio” al elevarse a una voz contra el aborto. “Pero pienso que ahora ha llegado un nuevo tiempo, una nueva fase, un nuevo período para todos los movimientos provida para protestar, de forma clara e inequívoca, contra los medicamentos manchados por el aborto, contra el abuso de partes del cuerpo de los bebés por nacer”.
Aunque las directrices de la Iglesia católica durante 2020 permitan a los católicos recibir vacunas manchados por el aborto, el Obispo ha dicho que los cristianos no pueden “simplemente resignarse” al hecho de que la producción de varios medicamentos esté conectada a la carnicería de bebés impedidos de nacer de quienes se utilizan partes de sus cuerpos.
“La voz de la sangre de los niños por nacer clama a Dios desde las vacunas manchadas por el aborto, de los medicamentos manchados por el aborto”, ha dicho. “Esta voz clama a lo largo y ancho del mundo, y tenemos que despertar”.
“Nadie que esté verdadera y profundamente preocupado con la defensa de la vida y con la ley moral puede quedarse callado y resignarse a esta situación”, ha agregado él.