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LITTLETON, Colorado (LifeSiteNews) – Un sacerdote católico tradicional ha dicho que la opresión ejercida contra personas no vacunadas a través del uso de disposiciones que obligan a la vacunación constituye un crimen contra la humanidad y viola las enseñanzas de la Iglesia católica.

CRISIS DEL COVID VERDADERA: Iglesia callada mientras los no vacunados están perseguidos

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“He aquí donde veo el fracaso de la respuesta actual a la crisis del COVID-19: Los no vacunados se han convertido en el blanco de la injusticia, la hostilidad y la agresión, siendo privados de sus derechos humanos básicos”, ha dicho el P. Daniel Nolan, FSSP, de la parroquia Nuestra Señora del Monte Carmelo en Littleton, Colorado. “Ningún grupo de ninguna clase se puede excluir de los derechos humanos básicos, ni siquiera el grupo social de los no vacunados”.

El P. Nolan ha dicho que uno de los documentos del Vaticano II, Gaudium et Spes, articula los derechos inviolables y fundamentales de cada persona que se deben salvaguardar en una sociedad civil. Ha observado también que la Iglesia católica enseña que Ella tiene el deber de proteger a las personas y sus derechos, y por eso el Evangelio lo obliga a pronunciarse contra la discriminación injusta que se está perpetrando contra las personas no vacunadas.

“En nombre de la salud pública, las personas ven sus vidas y sus medios de subsistencia destruidos, su empleo rescindido, su privacidad invadida, sus libertades aplastadas, su dignidad rebajada, sus oportunidades cercenadas, su calidad de vida suprimida – todo porque no aceptan las órdenes de su gobierno”.

“Ésta es la verdadera crisis”, ha continuado él.

El Padre Nolan observa que ha llevado a cabo una “campaña del miedo” sobre el mundo para crear un clima en el que las personas aceptarán reglas que normalmente no aceptarían en tiempos más tranquilos. El resultado de este mensaje es que la humanidad abrace las vacunas experimentales del  COVID-19 como una “cura para todo, la panacea que resolverá todos nuestros problemas”.

Sin embargo, ha descrito la realidad subyacente a esta propuesta como algo muy diferente: “Veo medidas irresponsables, antiéticas e injustamente impuestas sobre una población que se opone a ellas”, medidas basadas en una “corriente de mentiras”, que consisten en “contradicciones,  hechos confusos, deformaciones de la verdad, [y] exageraciones groseras”.

“Y después se nos ha dicho, son necesarias las vacunas. A todos y en todos lados”.

A pesar de la inmunidad natural contra el COVID-19 que es superior a las nuevas vacunas, de las preocupaciones a las reacciones alérgicas y otras reacciones a las inoculaciones contaminadas por el aborto, y de una cantidad cada vez mayor de casos de descubiertos importantes entre los vacunados, El P. Nolan ha dicho que los líderes rehúsan ni tan siquiera considerar la posibilidad de desviarse del camino de la vacunación universal.

“Ha habido más que 10.000 fallecidos a causa de la vacuna, 30.000 incapacidades permanentes, 80.000 lesiones graves, y cientos de miles de efectos adversos”, ha continuado él. “A pesar del hecho de que un número creciente de niños están sufriendo enfermedades cardiacas y que hasta les ha causado la muerte– todo lo que oímos es: ‘Todos deben vacunarse’”.

El P. Nolan ha subrayado la seriedad de las medidas draconianas contra los no vacunados, leyendo una carta del 25 de agosto de 2021 de un grupo de supervivientes del Holocausto dirigida a la Agencia europea de medicamentos:

Nosotros, los supervivientes de las atrocidades cometidas contra la humanidad durante la Segunda Guerra Mundial, nos sentimos obligados a seguir nuestra conciencia y a escribir esta carta.

Para nosotros es obvio que otro holocausto de mayor magnitud está ocurriendo ante nuestros propios ojos.

Los exhortamos a parar inmediatamente con este experimento impío sobre la humanidad.

La mayoría de la población mundial aún no se ha dado cuenta de lo que está ocurriendo, porque la magnitud de un crimen organizado como este, está más allá de su ámbito de experiencia.

Sin embargo, nosotros sabemos.

Además de los actuales abusos y males sociales a los cuales los no vacunados están siendo sujetos por los gobiernos, el P. Nolan se ha referido también a la complicidad de la Iglesia católica.

“No es sólo una vergüenza total que la Iglesia católica haya quedado al margen y no haya dicho nada cuando estas injusticias estaban ocurriendo, sino lo que es peor, que se haya atrevido a juntarse a ellas.”

“En varias diócesis de todo el mundo a los no vacunados les está prohibido recibir los Sacramentos, les está prohibido dar culto a Dios Todopoderoso, asistir a la Sta. Misa dominical, recibir la Eucaristía, cumplir su obligación dominical, recibir el perdón de sus pecados en el confesionario”.

“Las Sagradas Escrituras nos dicen que hay sólo un pecado imperdonable, el Pecado contra el Espíritu Santo”, ha continuado él. “Pero aparentemente algunos líderes eclesiásticos han descubierto un nuevo pecado imperdonable – rechazar vacunarse”.

Para concluir, el P. Nolan ha pedido a los fieles que rezasen para que los obispos y sacerdotes denuncien con valor la persecución de un segmento de la sociedad, para que no se repita el horror de los campos de concentración.

“Y por eso rezo, y os pido que os juntéis a mis oraciones para que más sacerdotes y más obispos se despierten a la realidad de lo que está pasando en nuestro mundo en este momento y que osen hablar en contra. No se puede permitir que estas violaciones de los derechos humanos continúen. Es precisamente en tiempos como estos que surge la tiranía y la Iglesia lo permite.”

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